Esta novela que contiene tintes biográficos del autor Pablo Aguayo Rivera, narra la relación que mantuvo conmigo como educando (Pablo Aguayo) y educador (Yo mismo, Juan Benito), en la que él siempre dijo que había encontrado en mi persona a un padre, poéticamente hablando.
Esta novela plasma muy bien la vida de un niño al que le hacía falta mucho apoyo y además, reforzarle su capacidad de creer en él mismo, la cual le ofreció con creces el profesor que vino de España, el cual está basado en mi persona. El profesor le ayuda en todos los sentidos e incluso le ofrece lecciones de vida que el educando absorbe, asimila y pone en práctica en el día a día de su vida. Con el paso de los años, el niño se convierte en un hombre de éxito y honra a su maestro, con tintes de padre, que le había ayudado desde que lo conoció. Pero la realidad es que, tras escribir esta novela, Pablo quiso unilateralmente romper nuestra relación, y a día de hoy no sabemos nada el uno del otro.
Realmente es una novela que hay que leer para saber la relación tan estrecha que tuvimos Pablo y yo como educando y educador, en la cual siempre le brindé mi ayuda, mi amistad y mi cariño.